SUSANA LIZARRALDE
FOTOGRAFÍA Y ARTE VISUAL
No pueden verme
En este trabajo que me plantean, la intimidad, he querido centrarme más en lo íntimo que en lo cotidiano, que están conectados inevitablemente, pero el concepto del primero me presentaba más dudas, preguntas e interés, además de un cierto conflicto por lo que representa (pensemos en las redes sociales, etc.)
Con la pandemia se hace más patente que nunca el tema de la intimidad, así que tratarlo en el arte es más que adecuado.
Si uno lee sobre lo íntimo, en la mayor parte de las veces se habla de la intimidad de pareja o de la familia, pero no se suele referir a una intimidad personal, concepto que puede resultar tanto o igual de importante que el anterior.
Hablar de lo íntimo me parece casi imposible pues, y la misma palabra lo indica, es algo propio, oculto, secreto…
Entonces, si trato este tema lo haré desde el que mira y quiere saber. Es decir: el voyerismo entra en juego.
Aquí se plantea una serie de imágenes vistas desde la perspectiva de una mirilla a la intimidad de la vida de alguien, una sola persona, y no una pareja o familia.
Y como de lo que se trata aquí es de algo que no quieres ni puedes mostrar completamente, pues es tu intimidad, el efecto de la mirilla hace que puedas ver, pero no con absoluta claridad, se perciben acciones, gestos… pero en algunas no queda claro del todo, y de esta manera, lo íntimo sigue permaneciendo parcialmente oculto al ojo del que quiere saber sobre ti.
El título, que puede resultar algo inocente, hace referencia al que es dueño de su intimidad y cree tenerla a salvo de ojos externos. Y así se cuestiona si realmente puede uno salvarla del resto.