Trata de una etapa en la vida de este país, una época que comienza en los años 50 y acaba en la actualidad.     Muchos hombres solitarios se reúnen en un bar y entonces ocurren historias que sin quererlo marcan una época. Existen diferentes tipos de hombres en estos lugares. Por citar alguno: el de pantalón con pinzas, el clásico de tienda de barrio, camisa de manga corta en verano y jersey de lana estampado en invierno. Quizá con palillo en la comisura de la boca, poco hablador y pendiente del partido de fútbol en el televisor.  Podría ser amante de una buena partida de mus o de dominó. Y por supuesto amigo de una copa de Sol y Sombra. En algunos de los bares de señores existe un ambiente un tanto costumbrista. No entro a juzgar, sólo quiero hacer un homenaje a una época y ambiente. El alma del centro de nuestras ciudades va muriendo y la desaparición de estos bares es una de sus tristes consecuencias. Os invito a seguir la ruta que incluye este pequeño paquete de palillos, banderillas, naipes, cañas, fútbol, gambas, tragaperras, carajillo...